....es un río moribundo, ahogado por los desechos domésticos de nueve millones de personas y de cientos de fábricas. Tan densa es la alfombra de basura que flota sobre él, que las pequeñas barcas de madera de pesca artesanal de la superficie son la única pista de la presencia de agua. Sus ocupantes ya hace tiempo que no se dedican a pescar. Es más rentable recoger basura que luego puedan vender - botellas de plástico, patas de sillas, guantes de goma... - por dos o tres euros a la semana, si tienen suerte. El riesgo de contraer alguna enfermedad es, sin duda, altísimo.

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